La obra maestra literaria de Roald Dahl, «Charlie y la fábrica de chocolate», transporta a lectores a un mundo de fantasía donde el amor por el chocolate de la marca Wonka une a niños y adultos por igual.
Esta narrativa mágica dio el salto a la pantalla grande en 1971 con la interpretación de Gene Wilder y experimentó un renacimiento en 2005 con Johnny Depp asumiendo el papel principal.
Ahora, más de una década después, Warner Bros. Pictures presenta la precuela de estas películas emblemáticas, explorando los primeros días del genio chocolatero Willy Wonka, interpretado por Timothée Chalamet.
Chalamet encarna a Wonka, un soñador y tierno chocolatero en busca de convertirse en el mejor vendedor de chocolate del mundo. Su odisea lo lleva a recorrer diferentes continentes en busca de ingredientes especiales, como leche de jirafa y especias de América Latina, para crear exquisitos trozos de chocolate que provocan éxtasis azucarado en quienes los prueban.
Sin embargo, su viaje lo lleva a una ciudad fría, donde debe conquistar el corazón de los clientes con sus invenciones, enfrentándose a empresarios chocolateros que vigilan celosamente el mercado local.
Bajo la dirección de Paul King, conocido por «Paddington», la película promete sumergir al espectador en los primeros capítulos de la vida de Wonka.
Actores destacados como Rowan Atkinson («Mr. Bean») y Olivia Coldman («The Crown») dan vida a personajes grotescos y villanos que obstaculizan el ascenso de Wonka, creando una espiral de corrupción que dificulta su prosperidad en el negocio del chocolate.
«Wonka» llega a los cines el 7 de diciembre, ofreciendo una historia rica en elementos visuales y narrativos. Al final, la película transmite un mensaje inspirador sobre la perseverancia y la fe en los sueños, castigando merecidamente a los villanos.
Aunque no hay escenas post créditos, una única escena adicional inmediatamente después del final proporciona un epílogo para los villanos, concluyendo la historia de manera impactante y satisfactoria para los espectadores.
