Visitar un volcán activo y peligroso es una forma emocionante de explorar terrenos de otro mundo, y si eres amante de las caminatas no dudes en visitar el Parque Nacional Volcán Masaya y recorrer sus senderos.
El volcán Masaya, uno de los atractivos más emblemáticos del país, pertenece a este parque nacional. Este coloso es una parada obligatoria para los turistas extranjeros.
El Parque Nacional Volcán Masaya, ubicado a tan solo 23 kilómetros de la capital, es el primer y más grande parque nacional del país. Está compuesto de una caldera volcánica de dos volcanes y cinco cráteres. Fue fundado el 23 de mayo de 1979.
Su cráter Santiago tiene una altitud de 635 metros sobre el nivel del mar, y emite continuamente grandes cantidades de dióxido de azufre. Es uno delos siete volcanes activos del país.
El cráter también mantiene una incandescencia en su interior debido a un lago de lava persistente, y fue objeto de veneración por los indígenas de la zona antes de la llegada de los colonizadores españoles, quienes bautizaron al volcán como “La Boca del Infierno”.
A inicios de 1528 el fraile Francisco de Bobadilla, hizo instalar una cruz en una loma del volcán Nindirí, según él para exorcizar al demonio.
A los pies del volcán se ubica la laguna volcánica del mismo nombre.
El parque alberga un interesante sistema de cuevas de lava donde miles de murciélagos e insectos viven en armonía con la naturaleza circundante. En estas cuevas se encontraron artefactos prehispánicos donde presumiblemente los nativos nicaragüenses llevaron a cabo rituales importantes, los cuales son exhibidos en el Centro de Visitantes, el que contiene además paneles informativos sobre la geología del país y los diferentes ecosistemas.
Durante la noche, ofrece un espectáculo que maravilla a sus visitantes nocturnos: la apreciación del llamado “lago de lava” que se observa desde la propia orilla del cráter.
La caldera volcánica, dentro de la cual se ubica el parque, es un área de 54 kms² que alberga un volcán y una laguna cratérica; la laguna de Masaya, y alberga dos cráteres inactivos con vegetación variada alrededor, el cráter San Fernando y el cráter San Juan, y los cráteres, Santiago, el que se encuentra activo y San Pedro y Nindirí, este último convertido actualmente es una plazoleta cubierta de arena, rocas y cenizas, tras un rebalse de lava en 1670.
En el Parque Nacional Volcán Masaya se nota el resurgimiento de vida. Tras los cambios causados por las erupciones, lentamente la piedra estéril ha sido invadida por vegetación pionera que a su vez facilita la generación de vida silvestre aún más compleja.
En la temporada de verano el parque se cubre de miles flores aromáticas y vistosas, incluyendo muchas de especies de orquídeas y nuestra Flor Nacional, el Sacuanjoche.
En la fauna del lugar se desatacan coyotes, gato ostoche y gato culumuco, que son animales nocturnos. También es habitado por venados, conejos, garrobos y monos, mientras que los chocoyos coludos encuentran refugio en las paredes de los cráteres, a pesar de las emanaciones de gases tóxicos que parecen no afectar su salud.
Otras aves que habitan en el parque son las urracas, tortolitas, gavilanes, güises, pájaros carpinteros, chachalacas y pocoyos.
La hazaña de Nik Wallenda y su esposa
El acróbata estadounidense Nik Wallenda cruzó sobre un cable de acero el cráter activo del volcán Masaya, en marzo de 2020, para convertirse en la primera persona que hace equilibrio sobre un lago de lava.
«Sale del cable y entra en los libros de historia. Que increíble momento para Nik el tocar tierra en el otro extremo del volcán Masaya Volcano», publicó el equipo del artista en su cuenta de la red social Twitter.
Wallenda recorrió 550 metros sobre el Masaya, como colofón de un acto para el que entrenó durante 9 meses, y cuya producción incluyó a 250 personas con 17 cámaras y 4 drones para la transmisión de la hazaña.
«Las ráfagas allá afuera son mucho más fuertes que en el Gran Cañón, mis gafas estaban totalmente cegadas», reconoció Wallenda tras completar la proeza, sobre las nubes de gases volcánicos y la amenaza latente de las bombas de lava.
Antes de la caminata de Wallenda, su esposa Eréndira realizó un acto acrobático de riesgo, al sostener el peso de su cuerpo con la fuerza de su mandíbula sobre el cráter humeante.
Durante su acrobacia, Eréndira Wallenda sostuvo con la fuerza de su mandíbula todo su cuerpo. Eréndira por primera vez en su vida usó equipo de protección durante una acrobacia.
En agosto de 2016, el explorador y cineasta estadounidense Sam Cossman descendió por el cráter del volcán Masaya de Nicaragua para filmar el lago de lava que se formó meses atrás en su interior y colocar una red de sensores para vigilar su actividad.
El Masaya será “el primer volcán en línea con una red de más de 80 sensores”, contó Cossman en su cuenta de Facebook, a la cual subió un video que muestra su descenso por el cráter.
En el video se observa a Cossman aproximándose a la laguna de lava del interior del volcán con ayuda de poleas y protegido con una cámara de oxígeno.
La expedición se realizó con el objetivo de expandir “nuestro entendimiento de los volcanes y nuestra capacidad para predecir los peligros volcánicos a las comunidades que viven en el área en peligro”, explicó.