La ropa no debe llevar género. Este es el mensaje que defienden cada vez más las firmas de moda. Una reivindicación a la que se suman rostros conocidos como Harry Styles o Billy Porter, y que se ha convertido en la filosofía de vida de hombres hasta ahora anónimos como Mark Bryan, un ingeniero robótico estadounidense afincado en Alemania que lleva cuatro años vistiendo con prendas tradicionalmente asociadas al armario femenino.
Aunque tomó esta decisión hace casi un lustro, lo cierto es que su caso se ha hecho mundialmente conocido cuando decidió abrirse una cuenta de Instagram el año pasado, donde, incluso, mostró los cuidados estilismos que utilizaba para teletrabajar durante el confinamiento.
Desde entonces, le llueven los seguidores y las propuestas relacionadas con la industria de la moda.
Bryan, de 61 años, se define en sus redes sociales como «hombre heterosexual, cisgénero y amante de los Porches que viste diariamente con tacones y faldas». Tal y como ha reconocido también en esta plataforma digital, su esposa le apoya y está muy orgullosa de la decisión que ha tomado sin importarle la respuesta de los demás.
Su hija también respalda sus looks e, incluso, se aprovecha de la situación tomando prestadas algunas de sus prendas y complementos.
Este padre de familia derriba así «los rancios estereotipos de género», como en su día los calificó el director creativo de Gucci, Alessandro Michele, disfrutando de una moda sin complejos y demostrando al mundo que la sexualidad no tiene nada que ver con los gustos a la hora de vestir.
Cada uno de sus looks se componen de las dos partes que responden al estereotipo masculino y femenino: chaquetas de traje y corbata por arriba y faldas y tacones por abajo. Según ha reconocido, considera los pantalones sosos y aburridos, mientras que ve en las faldas unas posibilidades infinitas para poder combinar su ropa.
«Los pantalones de traje tienen pocas opciones de color: negro, gris, azul marino o marrón. Con faldas, puedes incorporar rojos, verdes, azules vibrantes, estampados de flores o animales… Y lo mismo pasa con los zapatos, ya que existen más estilos y tipos de tacones.
Además, puedo utilizar zapatos abiertos cuando llega el buen tiempo». Aunque bien es cierto que le cuesta encontrarlos de su talla ya que, si en las faldas utiliza una talla 38, en los tacones calza un 41.
Evolución en la historia: tacones para ellos, pantalones para ellas
Bryan recuerda que hasta hace no mucho estaba mal visto que las mujeres llevaran pantalones y trajes de chaqueta, algo totalmente normalizado ahora en el fondo de armario de ambos sexos.
También, hace hincapié en que los hombres comenzaron a ser los primeros en utilizar tacones y razón no le faltaba. «Los zapatos de tacón fueron usados durante siglos en Oriente Medio como calzado para los jinetes. Cuando los soldados se aferraban a sus estribos, el tacón ayudaba a sujetarse al caballo y así podían disparar sus flechas con más precisión», asegura Elisabeth Semmelhack, del Museo Bata Sho de Toronto.
El creciente interés por todo lo que acontecía en Persia inundó entonces Europa Occidental y estos zapatos de estilo persa fueron adoptados por reyes y aristócratas que buscaban una apariencia viril, una masculinidad que solo podían alcanzar sobre unos cuantos centímetros de tacón.
Si hablamos de unos de los grandes coleccionistas de zapatos de la historia ese sería, indudablemente, Luis XIV, que mejoraba sus 1,63 metros de altura añadiendo 10 centímetros de tacón a su calzado. A finales del siglo XVII esta tendencia comenzó a perderse hasta desaparecer por completo.
Lo mismo ocurría con las faldas. En la antigüedad los hombres llevaban togas unisex que denotaban riqueza según sus tejidos y cortes.
En la Edad Media, encontramos uniformes de ciertos ejércitos compuestos por faldas, al igual que los trajes de muchos reyes, como los que llevaba Enrique VIII de Inglaterra.
En la Edad Moderna, ha sido una prenda desahuciada del armario masculino, salvo los tradicionales ‘kilts’ que visten los hombres en Escocia, hasta que llegaron Marc Jacobs o Alexander McQueen, quienes institucionalizaron el estilo grunge en los 90′, incluyendo las faldas como su pieza más representativa.
Su inclusión ha sido tímida hasta ahora, aunque otros muchos diseñadores como Vivienne Westwood o Alessandro de Michele han tomado su relevo para acabar para siempre con las manidas etiquetas. Recordemos el sonado vestido de cuadros que lanzó el año pasado el creativo italiano.
«No puedes tener miedo. Algunas personas son como animales, atacan a los más débiles. Muestra al mundo que no tienes miedo y que nadie puede molestarte. ¿Faldas? Solo hazlo», recalca Mark Bryan.