Si hay un nombre que ha definido el reguetón y la música latina en la última década, ese es Maluma. El colombiano pasó de ser un adolescente con sueños de grandeza a convertirse en uno de los artistas más influyentes del género urbano.
Pero, en un mundo donde las tendencias cambian a la velocidad de un TikTok viral, surge una pregunta inevitable: ¿Maluma sigue siendo relevante o está perdiendo el trono?
Juan Luis Londoño Arias, mejor conocido como Maluma, nació el 28 de enero de 1994 en Medellín, Colombia. Su pasión por la música comenzó desde pequeño, pero antes de convertirse en estrella, tuvo un fuerte vínculo con el fútbol, jugando en las divisiones juveniles de equipos como Atlético Nacional y Equidad.
Sin embargo, su amor por el canto lo llevó a tomar una decisión que cambiaría su vida: dejar el balón para sostener un micrófono.
En 2010, con tan solo 16 años, Maluma grabó su primer sencillo, «Farandulera», que se volvió un éxito local. Esto llamó la atención de Sony Music Latin, con quienes firmó su primer contrato.
En 2012, lanzó su álbum debut, Magia, que incluyó éxitos como Obsesión y Pasarla Bien, abriéndole camino en la escena musical latina.
El verdadero salto a la fama llegó en 2015 con Pretty Boy, Dirty Boy, un álbum que mostró su dualidad artística: el lado romántico del «Pretty Boy» y la picardía del «Dirty Boy».
Canciones como Borró Cassette, El Perdedor y Sin Contrato arrasaron en las listas de éxitos y consolidaron su estatus como el nuevo ídolo del reguetón.
A partir de ahí, su carrera se disparó. Colaboraciones con Shakira (Chantaje), Ricky Martin (Vente Pa’ Ca), y Thalía (Desde Esa Noche) lo catapultaron aún más. Su estilo fresco y su imagen de chico malo, con un toque de elegancia, lo convirtieron en el favorito del público y en un imán de marcas de lujo como Dolce & Gabbana y Versace.
Con F.A.M.E. (2018), Maluma demostró que su éxito no era casualidad. Ganó su primer Latin Grammy y se aventuró a sonidos más internacionales. Luego llegó 11:11 (2019), un álbum con colaboraciones estelares con Madonna, Ozuna y Nicky Jam, reafirmando su posición en la industria.
Pero fue con Papi Juancho (2020) que Maluma se reinventó. Este álbum, lanzado en plena pandemia, incluyó Hawái, un tema que se convirtió en himno global y lideró las listas de Spotify y Billboard por semanas.
Sin embargo, algunos críticos comenzaron a preguntarse si Maluma estaba manteniendo su frescura o si empezaba a repetir fórmulas.
El reguetón y la música urbana han evolucionado, y con ellos, han surgido nuevos protagonistas. Artistas como Bad Bunny, Rauw Alejandro y Feid han revolucionado el género, trayendo propuestas frescas y ganando protagonismo en la escena global.
Mientras tanto, Maluma, aunque sigue siendo una figura icónica, ha tenido que luchar para mantener su relevancia.
Uno de los desafíos que enfrenta es su transición musical. A diferencia de Bad Bunny, quien ha sabido reinventarse constantemente con estilos innovadores, Maluma ha mantenido una línea más clásica de reguetón-pop, lo que algunos consideran «seguro» pero poco arriesgado.
Su incursión en otros géneros, como el regional mexicano con Cada Quien, junto a Grupo Firme, ha sido aplaudida, pero ¿es suficiente para mantenerse en la cima?
En 2022, Maluma dio un gran paso fuera de la música al protagonizar junto a Jennifer Lopez la película Marry Me.
Aunque su papel como Bastian, un cantante egocéntrico, no fue un gran desafío actoral, la película le abrió las puertas de Hollywood y demostró que su carisma va más allá de los escenarios musicales.
Su participación en la versión animada de Encanto, prestando su voz a Mariano, también fue un guiño a su versatilidad.
¿Será que Maluma está considerando una carrera en la actuación como su siguiente gran movimiento?
Si algo ha mantenido a Maluma en boca de todos, han sido sus momentos virales y polémicas.
Desde su famosa salida de una entrevista en la que se negó a hablar sobre el documental de Neymar hasta su incómoda interacción con un reportero en Qatar 2022, Maluma sabe cómo generar conversación.
También ha sido objeto de críticas por su estilo de vida lujoso y su supuesta desconexión con la realidad.
Mientras algunos lo ven como un ícono aspiracional, otros lo critican por no ser «auténtico» en comparación con artistas como Residente o J Balvin, quienes han abordado temas sociales en su música.
La respuesta no es simple. Aunque algunos pueden argumentar que su impacto ha disminuido en comparación con su época dorada de 2016-2020, Maluma sigue siendo una de las figuras más importantes del pop latino. Su capacidad de llenar estadios, su presencia en la moda y su incursión en el cine lo mantienen en el radar.
Lo que determinará su futuro es su capacidad de reinvención. ¿Tomará riesgos musicales como lo hizo Bad Bunny? ¿Seguirá explorando el cine y la televisión? ¿O apostará por colaboraciones inesperadas que lo vuelvan a colocar en el centro de la conversación?
Lo que es seguro es que Maluma no ha dicho su última palabra. Mientras tenga el micrófono en la mano y el carisma para conquistar audiencias, su historia seguirá escribiéndose, un hit a la vez.
A pesar de los cambios en la industria y la feroz competencia, Maluma ha demostrado que tiene lo necesario para seguir en la cima. Puede que no sea el artista más innovador del momento, pero su capacidad para adaptarse, su atractivo global y su magnetismo lo mantienen vigente.
Tal vez su mayor desafío no sea mantenerse relevante, sino encontrar nuevas formas de sorprender a su público. Y si algo ha demostrado a lo largo de su carrera, es que sabe cómo jugar sus cartas.