Era 1993 cuando por primera vez se vio en pantalla en Estados Unidos a Dana Scully y Fox Mulder. Los agentes se encargaban de la investigación de los casos más raros y que giraban en torno a sucesos que rondaban —o se adentraban a fondo— en lo paranormal.
La serie se convirtió en todo un fenómeno que alcanzó picos de 27 millones de espectadores a lo largo de sus 202 capítulos y dio lugar a dos largometrajes. Expediente X es uno de los hitos de la historia de la ficción televisiva. L
Estas son algunas de las razones que ayudan a explicar el papel que ha jugado esta serie en la televisión.
No a todo el mundo le puede gustar Expediente X. ¿Investigaciones sobre el telón de fondo de una conspiración gubernamental para ocultar la existencia de extraterrestres entre nosotros? ¿Abducciones? ¿En serio? Con vocación de serie de culto y tras un arranque titubeante, Expediente X creció hasta convertirse en un fenómeno global que se emitió en más de 180 países y que todavía hoy mantiene activa una potente base de fans.
Su caso sirve como demostración de que no es necesario querer llegar a todo tipo de espectadores para que una serie se convierta en un éxito de grandes dimensiones.
– El fenómeno fan e Internet
Si de algo puede presumir Expediente X es de su sólida, activa y muy extendida base de fans. El fandom en torno a las investigaciones de Mulder y Scully fue pionero en acudir a Internet para compartir teorías sobre la serie, comentar los capítulos y especular sobre la relación entre sus protagonistas.
Lo que hoy nos puede parecer normal, con Facebook, Twitter y centenares de páginas donde hablar sobre cualquier serie, en los noventa fue toda una novedad.
Los propios guionistas de la serie acudían a esos foros para ver lo que comentaban los X-Philes, como se conocían a sus seguidores. Incluso hubo personajes de la ficción cuyo nombre era homenaje a ciertos fans y frases de la serie sacadas de esas conversaciones.
Eso por no hablar de la cantidad de debates a los que dio pie la relación entre Fox Mulder y Dana Scully.
– La tensión sexual no resuelta como motor
Hablando del tema, y aunque es un recurso mucho más antiguo, una de las cuestiones que sobrevolaba la serie era, precisamente, el posible acercamiento entre sus dos protagonistas. Mulder y Scully parecían polos opuestos: él, el creyente (o que quiere creer, como reza su icónico póster); ella, la escéptica.
El tira y afloja entre ambos era inevitable como recurso narrativo para enganchar a cierta parte del público. Entre sus seguidores había partidarios de la posible relación y otros que eran contrarios a ella. En su resurrección este tema también parece que estará flotando en el ambiente.
¿Qué habrá ocurrido entre ellos en el tiempo que ha pasado desde que terminó la primera etapa de la serie? Sin entrar en spoilers, en el primer capítulo ya se apunta algo importante que parece que se desarrollará más en el segundo. Y hasta ahí podemos leer.
Mitología y «monstruo de la semana»
De los 202 capítulos de la serie, 131 estaban dedicados al «monstruo de la semana», es decir, casos que empezaban y terminaban dentro del propio episodio siguiendo el formato autoconclusivo.
Los 71 capítulos restantes se centraban en la mitología de la serie. La nueva temporada también tendrá un poco de cada, con dos episodios, el primero y último, más centrados en la mitología, y los cuatro restantes de «monstruo de la semana».
Ese desarrollo de un mundo propio, con tramas de largo recorrido que salían a la luz de forma puntual para permanecer latentes el resto del tiempo, fue uno de los puntos fuertes de la serie y que ha marcado una tendencia en la forma de narrar que han continuado muchas otras ficciones después de ella.
Aquí, en contra de lo que ocurre en muchos otros títulos televisivos, las historias auto conclusivas regalaron algunos de los mejores capítulos de la serie.
– Inspiración y cantera de talento
Muchas han sido las series que vinieron después que no ocultan su inspiración en la serie creada por Chris Carter: Supernatural, Buffy… Quizá el caso más evidente es el de Fringe, con temática parecida y también una forma de desarrollar la serie similar, combinando casos auto conclusivos con una mitología muy potente de fondo que fue ganando peso según avanzaban los episodios.
Más allá del hecho de poner de moda la temática sobrenatural, Expediente X también dejó un legado para la posteridad a través de su sala de guionistas, de donde salieron nombres como los de Vince Gilligan (Breaking Bad, Better Call Saul) o Howard Gordon (24, Homeland).
También lanzó la carrera de dos actores desconocidos hasta entonces, David Duchovny y Gillian Anderson. Las cosas le han ido mejor a ella (triunfando en series como The Fall (La caza) o Hannibal y en el teatro) que a él (Californication, Aquarius y una ristra de películas que pasaron por la gran pantalla con más pena que gloria).
The X-Files (conocida como Los expedientes secretos X en Hispanoamérica y como Expediente X en España) es una serie de televisión estadounidense de ciencia ficción y misterio, que se emite por FOX y creada por Chris Carter, centrada en los casos que investigan dos agentes del FBI, clasificados como «expedientes X»: fenómenos paranormales, avistamiento de ovnis, criaturas extrañas, etcétera. El primer episodio piloto, fue estrenado el 10 de septiembre de 1993.
La serie es uno de los mayores éxitos de FOX y es una de las series más premiadas de la historia, siendo nominada para 141 premios de los que ganó un total de 61 premios individuales de 24 agencias diferentes, incluyendo Premios Emmy, Globos de Oro, Environmental Media Awards y Premios del Sindicato de Actores.
Sus personajes y frases se han convertido en íconos de la cultura popular al explotar e inspirar una gran cantidad de teorías sobre conspiraciones y la existencia de vida extraterrestre. La popularidad de la serie impulsó a Carter y sus socios a producir en 1998 la película The X-Files: Fight the Future, dirigida por Rob S. Bowman.
El 29 de octubre de 2007, se informó de que el rodaje de una segunda película sobre la serie titulada The X-Files: I Want to Believe comenzaría en Vancouver el 10 de diciembre de 2007. La película se estrenó el 25 de julio de 2008.
En una entrevista con Entertainment Weekly, Chris Carter afirmó que si I Want to Believe tenía éxito, se plantearía realizar una tercera película centrada en el argumento de la serie y enfocada a la invasión extraterrestre que quedó pendiente en ésta.
En el momento de emisión del episodio final de la novena temporada, The Truth (9×19), The X-Files era la serie de ciencia ficción con más tiempo en la televisión de Estados Unidos, condición que perdió al poco tiempo en favor de Stargate SG-1.
El programa fue considerado por TV Guide como el trigesimoseptimo mejor de todos los tiempos, y el segundo en la clasificación de series de culto, solo superado por Star Trek. En 2007, la revista Time incluyó la serie en una lista de los «100 mejores programas de televisión de todos los tiempos».
En 2008, Entertainment Weekly la nombró como la cuarta mejor obra de ciencia ficción8 y la cuarta mejor serie de televisión de los últimos 25 años.
El 24 de enero de 2016, FOX estrenó una décima temporada que continúa con la trama de la serie original.La undécima temporada de la serie se estrenó el 3 de enero de 2018, continuando con el argumento que comenzó con la décima temporada estrenada en 2016.
A Chris Carter, un californiano que había tenido un éxito limitado escribiendo para la televisión, le dieron la oportunidad de producir nuevas series para la cadena Fox a principios de los años 90.
Cansado de las comedias en las que había estado trabajando, inspirado por un informe que decía que 3,7 millones de estadounidenses podrían haber sido abducidos por extraterrestres, y recurriendo a recuerdos del escándalo Watergate y el programa de terror Kolchak: The Night Stalker, a Carter se le ocurrió la idea de Expediente X y escribió el episodio piloto en 1992.
Al principio tuvo que luchar por su novedoso concepto y por el reparto. Los ejecutivos deseaban una Scully con más experiencia, «más alta, de piernas largas, rubia y busto grande» que Gillian Anderson, de 24 años, una veterana del teatro con muy poca experiencia ante las cámaras quien para Carter fue la única elección posible después de ver los cástines.
Aun así, el capítulo piloto con Anderson y David Duchovny fue filmado con éxito en la ciudad de Vancouver, en la Columbia Británica de Canadá a principios de 1993, y la serie empezó a emitirse en la televisión estadounidense un viernes de otoño, en la franja horaria de las 9 de la noche.
Carter fundó una nueva compañía inspirándose en su propio cumpleaños, la Ten Thirteen Productions, para supervisar The X-Files.
La idea de Carter era mostrar a los agentes del FBI investigando sucesos extraterrestres y paranormales, pero también quiso trabajar las creencias de los personajes.
Dana Scully, al ser una científica escéptica y una experimentada doctora en medicina, fue presentada como católica practicante. Fox Mulder, por su parte, es el creyente en el fenómeno ovni, al que sus colegas apodan «spooky» —siniestro en la versión española y tenebroso en la versión argentina—.
Carter pensó que el papel de Scully como la racional de la pareja y la inclinación de Mulder hacia las corazonadas y la intuición invertían los tradicionales roles de sexo en la televisión.
En el episodio piloto, Scully es asignada a los expedientes X como compañera de Mulder, para aportar un punto de vista científico en las investigaciones de Mulder en el campo de lo paranormal; en realidad es asignada a ese cargo para desprestigiar el trabajo de Mulder, que amenazan los planes de «la conspiración».
El sombrío y poderoso hombre del gobierno en la sombra conocido simplemente como el fumador o «Cancer Man», aparece sin hablar en la primera y la última escena del piloto —la importancia que iba a cobrar el personaje no estaba aún establecida—.
La «tensión sexual no resuelta» entre Mulder y Scully fue también un tema central desde el principio.
Por eso Mulder y Scully, salvo raras excepciones, se dirigen el uno al otro de manera profesional usando sus apellidos.
El superior de Carter en Fox, Peter Roth, involucró a miembros muy experimentados en el equipo de producción desde el principio, muchos de los cuales ya habían trabajado con él en la compañía productora de Stephen J. Cannell.
Dos de los más respetados guionistas fueron Glen Morgan y James Wong, guionistas de algunos de los mejores capítulos de las cuatro primeras temporadas, participaron en películas como Destino final y fueron también guionistas de otras series como Millenium y Los pistoleros solitarios, creadas también por Carter.
Sus contribuciones a las primeras dos temporadas, como el episodio Beyond the Sea, fueron populares entre los fanes, los críticos de televisión, los actores de la serie, y hasta el mismo Carter. Morgan y Wong volvieron en la primera mitad de la cuarta temporada. Antes de entrar en The X-Files, Wong y Morgan habían trabajado con David Nutter, Rob Bowman, y Kim Manners en dramas policíacos como The Commish y 21 Jump Street.
Entre otros de los guionistas más destacados figuran Vince Gilligan realizando sus primeros guiones en esta serie destacando inmediatamente, más tarde fue creador de la galardonada Breaking Bad. Nutter, Bowman y Manners se convirtieron en asiduos directores de The X-Files.
Wong y Morgan tuvieron un papel importante a la hora de contratar a muchos de los actores secundarios. John Bartley, el director de fotografía, dotó a The X-Files de su atmósfera oscura, lo que le valió ganar un premio Emmy en 1996.
Bartley dejó el equipo después de la tercera temporada y fue reemplazado por los directores de fotografía Ron Stannett, Jon Joffin, luego Joel Ransom y por último Bill Roe.
El rodaje de la serie se trasladó completamente a Los Ángeles a partir de la sexta temporada. Carter dijo: «Teníamos previsto filmar el piloto en Los Ángeles. Cuando vimos que no podíamos encontrar un buen bosque, tomamos la rápida decisión de venir a Vancouver.
Al final fueron tres semanas que se hicieron cinco años. Los beneficios de estar en Vancouver eran tremendos». El clima templado de los bosques de Vancouver fue crucial para la serie, porque permitió a los directores crear ese aura de neblina misteriosa de alguna manera similar a la serie de éxito recién estrenada por aquel entonces en televisión, Twin Peaks —donde David Duchovny aparece como agente de la DEA—.
La responsabilidad del casting recayó en Randy Stone, que recomendó los protagonistas a Carter, y en Rick Millikan. Entre los motivos para trasladar el rodaje a Los Ángeles estuvo el deseo de David Duchovny de estar más cerca de su esposa, la actriz Téa Leoni, con la que se había casado en 1997.
Cada episodio comienza con una introducción donde se presenta algún suceso misterioso que desencadena la trama y da la pauta a lo que Mulder y Scully investigarán.
Le sigue el célebre tema de apertura compuesto por Mark Snow y los créditos (con excepción del episodio piloto). Estos terminan generalmente con la frase «The Truth Is Out There», “La verdad está ahí fuera”, pero a veces aparecían otras frases (véase Frases importantes más abajo).
La serie siguió el formato estadounidense de cuatro actos, pautados mediante cortes comerciales para cada episodio después de la introducción.
Cada acto tenía una duración aproximada de 10 minutos y la duración media de un episodio es de entre 43 y 45 minutos.
La serie es considerada como única en su clase, por combinar episodios dramáticos con muchos otros episodios individuales, que no requieren conocimiento previo por parte del espectador para poder entenderlos.