Hace más de 70 años, en un rincón de Masatepe, surgió algo más que un negocio: nació un sueño tejido con amor y sacrificio. Doña Elena Sequeira, mejor conocida como Mamá Nen, enfrentó la vida con la valentía de una madre que, con un fogón de leña y una receta sencilla, buscaba alimentar a sus diez hijos.
Aquel dulce artesanal, preparado con banano para suavizar su textura, se convirtió en mucho más que alimento: era un pedacito de su alma.
Hoy, ese sueño sigue vivo, transformado en un emprendimiento que une a generaciones.
Leche Burras Mamá Nen no es solo un dulce tradicional; es un puente entre el pasado y el futuro de una familia que ha sabido preservar y reinventar una herencia culinaria.
Su misión es tan clara como conmovedora: conservar las tradiciones nicaragüenses mientras abren puertas para nuevas oportunidades en su comunidad.
Innovación con el sabor de siempre
De la receta original han nacido nuevas versiones, con ingredientes como maní y cacao.
Cada mejora en el empaque y la presentación no es solo una estrategia comercial; es un tributo a Mamá Nen, quien enseñó que la excelencia se construye con amor.
Desde el fallecimiento de Mamá Nen en 2016, su hija Juana Gutiérrez asumió con valentía el legado, y ahora su nieta Milagros Gutiérrez continúa con la misma pasión, manteniendo viva esta tradición familiar.
Actualmente, el negocio se encuentra ubicado a 1/2 cuadra al oeste de la Distribuidora Libertad, donde siguen endulzando generaciones con sus inigualables Leche Burras.
Con un profundo respeto por la tradición familiar, Milagros ha trabajado incansablemente para preservar la esencia de Leche Burras Mamá Nen, mientras impulsa su crecimiento hacia nuevos horizontes.
Su dedicación refleja el amor y la resiliencia que han sido la base de este dulce legado a lo largo de generaciones.
Más que un negocio, este emprendimiento es un recordatorio de que los sueños más grandes suelen tener raíces humildes.
Es la prueba de que el amor, la perseverancia y la tradición pueden cambiar vidas y traspasar generaciones, llevando consigo el sabor de lo auténtico y el poder de lo inolvidable.