sábado, diciembre 21, 2024

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Las tumbas más importantes que aún no se han descubierto

Hay personajes que, quizá por su importancia en el devenir de la humanidad, deberían tener un lugar de descanso al que todo el mundo pudiera acceder, ya fuera para presentar sus respetos o por simple curiosidad morbosa.

Sin embargo, no están. La pista de sus tumbas se ha perdido con el paso del tiempo, y el sueño de todo arqueólogo que se precie sería encontrarlas.

Estas son las más famosas.

Cleopatra y Marco Antonio

Son probablemente la pareja más popular del mundo. Algo así como los primeros influencers de la Historia. Vivieron una pasión de 13 años, tuvieron tres hijos y su amor terminó en tragedia: en mitad de la guerra, anunciaron a Marco Antonio que Cleopatra había muerto, y con un gesto digno de una obra de Shakespeare decidió atravesarse con su propia espada.

Según la leyenda, para evitar ser apresada por el ejército de Octavio, la última reina de Egipto decidió suicidarse mediante el mordisco de un áspid, serpiente venenosa.

Otras teorías menos rocambolescas apuntan a una muerte un poco menos romántica. Sea como fuere, con su muerte terminó la dinastía ptoloméica y marcó el declive de la civilización egipcia, que consiguió sobrevivir durante más de 3.000 años a orillas del Nilo.

¿Dónde se encuentra su tumba? Hay teorías, pero aún no está muy claro, y muchos apuntan que sería uno de los descubrimientos más importantes del mundo.

El Servicio Egipcio de Antigüedades cree que puede estar cerca de un templo de Taposiris Magna, al suroeste de Alejandría, sin embargo las declaraciones del extravagante egiptólogo Zahi Hawass, en su última visita a España, son aún más curiosas: según Hawass la tumba de Cleopatra (y quizá de Marco Antonio, en caso de estar con ella) estaría cerca del palacio de la primera, en Alejandría, pero enterrada bajo el agua.

Nefertiti

Con permiso de Cleopatra, la bella Nefertiti es uno de los personajes más fascinantes del Antiguo Egipto. Esposa real de Akenatón, el faraón que decidió convertir a Atón en la única deidad de culto oficial del Estado, su vida (y muerte) están plagadas de sombras: ¿reinó tras la muerte de su marido con el nombre de Semenejkara, la figura más misteriosa de la civilización egipcia? ¿Por qué desapareció? ¿Murió durante el reinado del joven Tutankamón? ¿Dónde está enterrada?

¿Dónde se encuentra su tumba? Durante un tiempo se creyó que podía encontrarse en la tumba de Tutankamón, pero los nuevos estudios descartaron la teoría, puesto que no hay cámaras adyacentes dentro de la cámara mortuoria del faraón niño.

Otras teorías apuntan que su cuerpo podría encontrarse en el Museo Egipcio de El Cairo, siendo parte de un grupo de momias desenterradas en 1898.

El año pasado un optimista Zahi Hawass aseguró que en 2020 por fin encontraría a la bella reina, pero por el momento su lugar de descanso continúa siendo un misterio.

Alejandro Magno

El conquistador más importante del mundo, rey de Macedonia, murió en Babilonia cuando le faltaba un mes para cumplir los 33 años, quizá por envenenamiento, pancreatitis aguda o incluso malaria, no hay consenso.

Al no tener ningún heredero legítimo, sus diádocos se frotaron las manos con su muerte: algunos historiadores creen que habría elegido a Crátero (Krater’oi) porque era un excelente estratega, pero al no estar presente, el resto del grupo eligió oír que el sucesor sería Krat’eroi, es decir, «el más fuerte».

Su cuerpo se colocó en un sarcófago de oro, que se puso a su vez en otro ataúd de oro y se cubrió con una capa púrpura. Según la leyenda, el cadáver se conservó en un recipiente de arcilla lleno de miel. Poco para una de las personas más importantes de la Historia de la humanidad.

¿Dónde se encuentra su tumba? El pobre Alejandro no descansó mucho después de muerto. Al parecer, Ptolomeo robó el cuerpo mientras regresaba a Macedonia y lo llevó a Alejandría, donde se mostró hasta la Antigüedad Tardía.

La tumba fue desvalijada en bastantes ocasiones, el emperador Octavio Augusto le rompió la nariz, Pompeyo el Grande le robó la capa y Calígula saqueó su coraza.

A día de hoy el misterio de dónde se encuentra su tumba sigue siendo eso, un misterio arqueológico, llamativo pues hasta la caída del Imperio Romano se tenía localizada.

Desde la tumba de San Marcos en Venecia a la zona de la mezquita de Nabi Daniel, han tratado de buscarle sin descanso (o éxito) personajes tan ilustres como Napoleón Bonaparte.

En 2015 se encontró una tumba de enormes dimensiones en Anfípolis (al norte de Grecia), dato esperanzador, pero finalmente se concluyó que era un homenaje a Hefestión, el amigo más cercano del gran conquistador.

Jesucristo

Según cuentan los Evangelios, Jesús de Nazaret fue crucificado durante la Pascua Judía, en Judea, y murió a las pocas horas. El problema con su tumba es sencillo: no hay cuerpo. De hecho, encontrar un cuerpo en el Santo Sepulcro podría hacer tambalearse los cimientos de la religión cristiana. Jesucristo murió y al tercer día resucitó.

¿Dónde se encuentra su tumba? El Santo Sepulcro se encuentra en Jerusalén, sobre el montículo (Gólgota o Calvario) sobre el que Cristo fue crucificado, según la tradición, y acoge muchísimos turistas en Semana Santa.

Se lo debemos al emperador Constantino y en especial a su madre, Santa Elena, que en el siglo IV d.C viajó a Tierra Santa con el objetivo de encontrar las reliquias de Cristo. En su viaje descubrió evidencias de la ubicación del Gólgota.

A día de hoy, los arqueólogos señalan que es imposible afirmar que en ese lugar se encontrase realmente la tumba de Jesús, aunque sí sostienen que el Santo Sepulcro se encuentra en la misma ubicación fijada en el siglo IV por la madre del emperador.

Adolf Hitler

Hitler no murió una vez sino muchas, pues se han creado miles de leyendas en torno a su suicidio, y aún hoy algunas personas creen que se encuentra en Copacabana, tomándose un mojito. En realidad, el 30 de abril de 1945 el Führer decidió terminar con su vida disparándose en la cabeza, mientras que Eva Braun eligió el envenenamiento por cianuro.

A petición del propio Hitler, sus cuerpos fueron llevados escaleras arriba a través de la salida de emergencia del búnker, rociados con gasolina y prendidos en el jardín de la Cancillería del Reich.

El problema vino después, pues la propaganda soviética presentó varias versiones diferentes sobre el deceso del líder nazi, hasta el punto de sostener que no había muerto y que había escapado.

¿Dónde se encuentra su tumba? Según la versión oficial, fue quemado y enterrado en el búnker que se encuentra en Berlín. Otros historiadores aseguran que sus restos fueron arrojados al río Biederitz.

Sea como fuere, su ‘tumba’, si se considera así al búnker en el que se suicidó, no es un gran misterio: hoy en día es un parking que se encuentra cerca de lo que fue el muro. Se puede visitar con las guías, aunque hay poco que ver, y la legislación alemana no permite que sea homenajeado por apología del nazismo.

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