Yo no sé tú, pero yo, cuando me despierto, apenas recuerdo los sueños eróticos. Es una pena, porque muchas veces me han dicho que gimo y me retuerzo mientras duermo. Científicamente hablando, sueles tener este tipo de fantasías durante el sueño MOR, la fase asociada con los sueños vívidos, en la que el riego de la sangre en los genitales aumenta, al igual que tu libido.
Hoy en día, los sueños siguen siguiendo un misterio. No recordamos la mayoría de ellos porque el cerebro no quiere mezclarlos con la realidad. Según la psicóloga y sexóloga Laura Duranti, la calidad y el contenido de los sueños eróticos dependen de quién seas y la relación que tengas con tu sexualidad. Duranti explica que el cerebro no desconecta completamente de la realidad mientras duerme, pero “integra los estímulos externos que recibe”, como la temperatura, la habitación en la que dormimos o qué (o a quién) estamos tocando.
La posición a la hora de dormir también es importante. “Algunos estudios, como el de Calvin Kai-Ching Yu de la Universidad Shue Yan de Hong Kong, sugieren que dormir sobre la barriga puede inducir sueños eróticos”, dice Duranti. Dormir bocabajo restringe la respiración y presiona los genitales, básicamente recordándole al cerebro lo que se siente cuando practicas sexo.
Cuando se vuelve lo suficientemente intenso, puede provocar un orgasmo. Algunas mujeres afirman que no pueden tenerlo durante el día, pero lo experimentan (o al menos algo parecido) por la noche. “Pueden ser perfectamente capaces fisiológicamente de llegar al orgasmo, pero no encuentran el estímulo que necesitan estando despiertas, ya sea masturbándose o con otra persona”, explica la Dra. Duranti.
La psicóloga y sexóloga Marilena Iasevoli cree que el sexo “es una liberación de energía” tanto lúcidos como dormidos. “En los sueños es mucho más fácil deshacernos de las inhibiciones y acceder a las necesidades y deseos sin tener que controlar nuestros cuerpos y pensamientos, o los de nuestras parejas”, dice. Según Duranti, esto es especialmente verdad cuando los sueños muestran fantasías sexuales que no podrían darse en la vida real, estemos en una relación o no.
“El sexo puede ser una forma de desahogarse; puede compensar o incluso solucionar algunos asuntos pendientes con parejas, ex o conocidos fuera de la relación”, dice Iasevoli.
Pero también podemos soñar cosas exóticas en las que aparecen personas a las que no nos sentimos atraídos en la vida real. Es tentador creer que los sueños siempre revelan deseos del subconsciente que no estamos preparados para aceptar, pero probablemente sean solo un indicio de que tenemos un asunto sin resolver con alguien.
Si recientemente has soñado que tenías sexo con un buen amigo o alguien a quien no te sientes atraído, “el sueño podría representar un lazo fuerte con esa persona, algo que envidiamos de ellos o su lado masculino o femenino que querríamos tener”, explica Iasevoli.
Pero, en nuestros sueños, no siempre estamos tan desinhibidos como nos gustaría. Duranti dice que nuestras inseguridades pueden aparecer por la noche, especialmente si tenemos un bloqueo emocional profundo con nuestra sexualidad o tenemos miedo de perder el poder o dejar ir.
Ambas expertas opinan que la única forma de disfrutar de las fantasías al máximo es averiguando durante el día qué te causa ese bloqueo.
Es importante recordar que los sueños eróticos no son siempre una expresión de nuestros deseos más profundos y oscuros. A menudo, se trata simplemente del cerebro intentando darle sentido a lo que hemos vivido ese día.
Las películas que vemos, los personajes de los libros e incluso las canciones que escuchamos pueden evocar fantasías sexuales mientras dormimos. Así que, la próxima vez que sueñes con un alienígena buenorro que te acaricia suavemente, déjate llevar. Puede que no signifique nada en absoluto.