Macaulay Culkin, quien alcanzó fama mundial como el adorable Kevin McCallister en Mi Pobre Angelito, pudo haber tenido una segunda oportunidad dorada en la televisión… pero la dejó pasar.
Recientemente, el propio actor reveló que rechazó un papel clave en The Big Bang Theory, una de las comedias más exitosas de todos los tiempos, una decisión que, según muchos, pudo haber relanzado su carrera a lo grande.
Durante una entrevista, Culkin confesó que fue buscado insistentemente por los creadores de la serie, Chuck Lorre y Bill Prady, para interpretar a Leonard Hofstadter, el entrañable físico experimental que terminó en manos del actor Johnny Galecki.
Y aunque los productores estaban convencidos de que Culkin podía ser una pieza fundamental para el proyecto, él simplemente no se sintió atraído por la propuesta.
«Me insistieron en varias ocasiones», relató Macaulay. «Me dijeron: ‘Es sobre un par de científicos nerds que viven juntos y tienen vecinos. Será exitoso’. Yo me quedé como: ‘Sí, suena a algo que podría ser exitoso, pero no es para mí'», explicó el actor.
Su falta de entusiasmo por el proyecto terminó inclinando la balanza en su contra, y finalmente, los productores buscaron otro rostro para dar vida a Leonard.
El resto es historia. The Big Bang Theory se estrenó en 2007, se convirtió en un fenómeno de masas, se mantuvo en pantalla durante 12 exitosas temporadas, y catapultó a sus protagonistas al estrellato absoluto.
Johnny Galecki, quien sí aceptó el rol que Macaulay rechazó, llegó a ganar hasta un millón de dólares por episodio en las últimas temporadas. Además, el reconocimiento mundial y el cariño del público acompañaron a todo el elenco hasta hoy.
Pero, ¿qué habría pasado si Macaulay Culkin hubiese aceptado?
En el mundo del espectáculo, las oportunidades que se pierden suelen ser tan comentadas como las que se aprovechan. En el caso de Culkin, su carrera había sufrido altibajos importantes desde finales de los 90.
Después de su estrellato infantil, tuvo varios años de retiro, conflictos familiares públicos —particularmente con su padre, quien también era su representante—, problemas legales y rumores sobre su vida personal.
Si hubiera sido parte de The Big Bang Theory, probablemente habría encontrado una plataforma sólida para reconstruir su imagen y establecerse como una figura respetada en la industria televisiva.
El proyecto, con su enorme éxito global, no solo habría incrementado su fortuna, sino que también le habría devuelto el reconocimiento de un público adulto que en muchos casos lo asociaba únicamente a su etapa como niño prodigio.
Sin embargo, Culkin ha dejado claro que no se arrepiente. En su propia voz, afirmó: «Hubiera tenido cientos de millones de dólares, pero estaría infeliz». Para el actor, la prioridad nunca fue volver a encajar en el molde del sistema de Hollywood.
Desde muy joven, su fama fue abrumadora, y después de años en el ojo del huracán, decidió que prefería vivir una vida más tranquila, al margen de las presiones de la industria.
Hoy en día, Macaulay Culkin lleva una vida mucho más reservada. Ha participado en algunos proyectos selectos, como la serie American Horror Story: Double Feature en 2021, y ha demostrado que cuando elige volver, aún tiene mucho talento para ofrecer.
Además, está enfocado en su vida personal: mantiene una relación estable con la también actriz Brenda Song, y juntos son padres de un pequeño hijo, Dakota.
Por su parte, The Big Bang Theory cerró su ciclo como una de las sitcoms más influyentes de las últimas décadas, acumulando fanáticos en todo el mundo y marcando una época dorada para la comedia televisiva.
Este tipo de revelaciones siempre genera una mezcla de asombro y curiosidad en el público. ¿Qué habría sido de la serie si Macaulay hubiera interpretado a Leonard? ¿Habría funcionado igual? ¿Habría tenido la misma química con Jim Parsons (Sheldon Cooper) y Kaley Cuoco (Penny)?
La respuesta, probablemente, nunca la sabremos con certeza. Pero lo que sí está claro es que el «no» de Culkin le abrió la puerta a Johnny Galecki para brillar como Leonard, y al mismo tiempo, reafirmó que en Hollywood, cada decisión, por pequeña que parezca, puede cambiar el destino de una carrera.
Macaulay Culkin, fiel a su estilo rebelde y auténtico, prefirió no comprometerse con un proyecto en el que no creía, aunque eso significara renunciar a millones de dólares y a un lugar en la historia televisiva moderna. Y, al final del día, esa honestidad con uno mismo también tiene un valor que no se puede medir en cifras.
En una industria donde muchos persiguen la fama y el dinero a toda costa, Culkin se distingue como alguien que ha logrado algo mucho más raro: mantener su libertad personal, a su manera, lejos de los reflectores que alguna vez iluminaron su vida con una intensidad casi insoportable.
¿Fue una oportunidad perdida? Tal vez. ¿Fue una decisión equivocada? Para Macaulay Culkin, no. Y eso, en el impredecible mundo de Hollywood, ya es mucho decir.
