Con diminutos zapatitos, un cuerpecito que parecía tener vida, unos ojos tristes y una tierna voz, fue como el ratoncito Topo Gigio se echó a la bolsa a chicos y grandes que quedaron fascinados con él desde la primera vez que lo vieron en televisión. De ese primer encuentro, se cumplen este 2021, 62 años.
El personaje, hecho básicamente de espuma y manejado como una marioneta, fue creado por María Perego en 1958 y debutó en TV en 1959 en el programa italiano «Canzonissima».
Un año después, el pequeño personaje obtiene su propio espacio en la televisión italiana bajo el nombre «Storie di topo Gigio».
Su popularidad se extendería rápidamente por el mundo y tras su paso por el programa estadounidense «The Ed Sullivan Show», en 1963, su llegada a América Latina no tardaría en concretarse. Así, en 1969, «Topo Gigio» hizo su aparición en la televisión mexicana acompañado del argentino Raúl Astor. El programa se llamó «Optimisticamente».
Personajes como Amanda Miguel, Xavier López «Chabelo» y hasta José José, entre otros, posaron y acompañaron al diminuto personaje en alguna edición de su programa.
«Optimisticamente» tuvo una segunda temporada, en la que Gigio presentó a su familia, mamá, papá, hermanos y hasta su novia. El popular ratón tuvo presencia en la pantalla chica durante la década de los setenta junto a Raúl Astor y en los ochenta al lado de Julio Alemán.
A lo largo del tiempo, Gigio ha tenido que adaptarse a los cambios tecnológicos, por lo que, además de ser una marioneta, se ha convertido en un dibujo animado. Su presencia no se ha limitado a la televisión, sino que se extendió a cines, teatros y libros.
En agosto de 2018, la nostalgia por Topo Gigio cobró vida tras lanzarse un comercial de una marca chilena de colchones. El anuncio, transmitido en televisión e internet, es protagonizado por el inolvidable ratón que en camisón y con gorrito para dormir canta su clásico tema «A la camita».
Usuarios en redes sociales se emocionaron de volver a ver a este personaje que los acompañó en sus primeros años de vida.
«Yo me puse a cantar la canción a viva voz después de casi 30 años… tengo algo en el ojo», se lee en uno de los comentarios en YouTube.
«Genial, cómo rescataron del baúl del tiempo a este personaje, que acompañó la niñez de los cuarentones de hoy. Lo lanzaron a este mundo, un mundo muy diferente a aquél que lo recibió hace 40 años, y sin perder su inocencia y su ternura. Se agradece que no lo hayan actualizado», menciona un fan.
Y aunque Topo Gigio ya no aparece en los programas televisivos ni es un famoso en las redes sociales, tiene ganado un lugar más importante, está en los recuerdos de miles de personas que lo consideran un ícono de su niñez; Gigio vive en la memoria de miles de adultos, quienes, con sólo verlo, vuelven a sentirse niños otra vez.
En 1959 debutó en la televisión italiana Topo Gigio, un encantador personaje que, en contra de lo que muchos hispanohablantes pensaban, no era un pequeño topo sino un ratón, del mismo modo que en italiano «burro» quiere decir pollino sino mantequilla. Cosas de “los falsos amigos” de las lenguas de Cervantes.
Aunque había sido creado un año antes por la marionetista Maria Perego, fueron sus apariciones televisivas las que encumbraron a Topo Gigio, que no tardaría en convertirse en una estrella, no solo en Italia sino en todo el mundo. El ratón llegó a compartir escenario con personajes de la talla de Louis Armstrong, Frank Sinatra, Ginger Rogers, Caterina Valente, Heather Parisi y Xuxa, por citar solo unos pocos de una larga lista que, a día de hoy, sigue creciendo.
Topo Gigio no era la primera creación de Perego. Desde los años cincuenta esta artista venía entreteniendo a los más pequeños con marionetas como Picchio Cannocchiale, un pájaro carpintero de considerable tamaño, que era accionado por sus manipuladores a la vista de todo el público, lo que hacía difícil abstraerse y olvidar que era un muñeco.
Con Topo Gigio, sin embargo, la cosa cambió. Perego, que había estudiado las técnicas del teatro negro de Praga, creó una marioneta cuyos movimientos eran realizados por un equipo ataviado de negro que trabajaba contra un fondo también negro. En una época en la que la televisión no era a color, los tonos oscuros se unificaban y Topo Gigio parecía un ser autónomo dotado de movimiento y voluntad propia, aunque sin voz.
En los primeros programas en los que apareció, Topo Gigio se limitaba a hacer mímica o a cantar en playback sobre un disco de Domenico Modugno reproducido a más revoluciones para aumentar la comicidad. No obstante, el éxito del personaje, que ya había dejado de ser exclusivo de los niños y había empezado a aparecer en programas para adultos, hizo que Maria Perego convenciera al actor de teatro y doblaje Peppino Mazzullo para que le pusiera esa voz pausada que tan bien encaja con su caída de ojos y mirada lánguida.
Estrella internacional
Durante los años 60, Topo Gigio fue uno de los personajes más populares de la Rai.
Sin embargo, por alguna extraña razón, los directivos de la cadena se negaban a producirle una serie propia y se limitaban a incluirlo en diferentes programas sin periodicidad fija. Esta situación acabó hartando a Perego y su esposo, Federico Caldura, que decidieron probar suerte en las televisiones de los países vecinos.
Como había sucedido en Italia, el público de Alemania, Holanda y Suiza cayó rendido ante Topo Gigio y los directivos de la Rai se sintieron traicionados. Para escarmentar a los marionetistas, decidieron poner el tema en manos de sus abogados y demandarlos por incumplimiento de contrato.
Sin embargo, el maltrato que la cadena italiana había dispensado a los Perego y su creación había sido tal, que olvidaron establecer una cláusula de exclusividad. Los abogados determinaron que los artistas estaban habilitados para trabajar allá donde los contrataran sin necesidad de pedir permiso a la televisión italiana y, respaldados por este dictamen, Perego y Caldura pusieron rumbo a otros países, no sin antes solucionar algún que otro problema de comunicación.
Durante sus actuaciones en Alemania y Holanda, Peppino Mazzullo había sido sustituido por actores nativos que dominaban el idioma de esos lugares. Sin embargo, no era factible iniciar una gira mundial teniendo que incorporar al equipo más personas para que se encargasen únicamente del doblaje del muñeco. Por esa razón, Perego resolvió que Mazzullo aprendiera contrarreloj inglés, castellano y portugués para poder actuar en países como España, Inglaterra, Argentina, Perú, Venezuela, México, Brasil, Portugal y Estados Unidos.
Con ese característico acento que mezclaba italiano e inglés, Topo Gigio desembarcó en Nueva York para presentarse en el Ed Sullivan Show, un espacio televisivo de variedades que se emitía de costa a costa y por el que pasaron los mejores artistas del momento.
Personalidades como el mago argentino René Lavand, el ventrílocuo español Señor Wences, el grupo británico The Beatles, James Brown, Tiny Tim, Sergio Mendes y su Brasil 66. La diferencia entre ellos y el ratón italiano era que Topo Gigio no apareció en el programa una o dos veces, sino que lo hizo en más de noventa ocasiones. Su presencia era tan habitual, que había una fotografía suya colgada en el vestíbulo del estudio junto a las de otras estrellas de la CBS.
Aunque siempre fue muy respetuosa con su creación, la popularidad del ratón obligó a Maria Perego a explotar a Topo Gigio creando nuevas tramas narrativas e incorporando otros personajes. Entre ellos estaban la encantadora ratoncita Rosy, de la que Gigio estaba perdidamente enamorado.
Tampoco faltaba el antagonista del protagonista, un joven oligarca llamado Ino, que pretendía embaucar a Rosy con su actitud chulesca, sus millones y que lo único que conseguía era irritar a Gigio y a sus seguidores.
A esa explotación narrativa se le sumó otra puramente comercial. La imagen de Topo Gigio apareció en camisetas, muñecos, colecciones de cromos, tebeos, libros, protagonizó varios largometrajes, grabó singles y LP que llegaron a estar en las listas de éxitos de varios países, y la Nippon Animation, compañía responsable de Heidi, La abeja Maya, Vickie, el vikingo y Marco, produjo una serie de animación basada en él.
Con semejante proyección, en los años 70 Topo Gigio era una máquina de hacer dinero y, como era de esperar, surgieron las imitaciones. En 1974, con el ratón triunfando junto a estrellas internacionales de ambos lados del Atlántico como Raffaella Carrà y Chespirito, el español afincado en Argentina Manuel García Ferré, creó a Petete, un pingüino patagónico que se movía con la misma técnica que el ratón italiano y que explotaba su misma fórmula, incluida la comercialización del personaje a través de revistas, libros, camisetas, largometrajes y muñecos.
Pero no todo fueron buenos momentos. En 2005, el equipo de Topo Gigio pasó unos días de gran preocupación en Costa Rica, país al que habían llegado para grabar una campaña televisiva contra la violencia infantil auspiciada por el Ministerio de Educación Pública. Por una confusión en el aeropuerto, la maleta en la que viajaban los muñecos se extravió.
Según explicó a la agencia ACAN-EFE, el representante de Maria Perego, Jorge Rossi, “una persona que llegó a San José la semana pasada en el mismo avión que yo tomó mi maleta y yo tomé la suya”. Consciente de que no fue una mera confusión, Rossi albergaba la esperanza de que todo se resolvería satisfactoriamente.
“Le digo a la gente que tenga confianza de que va a regresar Topo Gigio pues es un personaje que inspira tanto cariño y tanto amor incluso a los mismos ladrones”. El representante estaba en lo cierto.
Los ladrones se enamoraron de tal forma de Topo Gigio que, si bien maleta fue devuelta, los muñecos nunca aparecieron. Más de una década después de ese desagradable suceso y cuando se cumplen seis décadas de su primera aparición televisiva, Topo Gigio sigue siendo un mito en países de Latinoamérica e Italia.
Futbolistas como Riquelme han celebrado goles colocándose las manos abiertas a ambos lados de la cara para imitar las orejas del ratón que, gracias a ese gesto, ha pasado a ser la mascota de algunas peñas de Boca Juniors, club en el que militaba el deportista.
Además, su vínculo con la infancia hizo que Topo Gigio fuera nombrado embajador de Unicef, Embajador de buena voluntad para la reconstrucción de Japón tras el tsunami que afectó a la central nuclear de Fukushima y prescriptor en campañas de salud pública como la diseñada para prevenir la Gripe A.
Por todo ello y conscientes de su inagotable atractivo, sus creadores y la Topo Gigio s.r.l., empresa propietaria de los derechos de explotación del personaje, siguen experimentando nuevas fórmulas y técnicas para acercar las aventuras del simpático ratón a las nuevas hornadas de espectadores. Entre ellas está la animación en 3D, que convive con las apariciones en vivo de la marioneta que, como es tradición, volverá a estar la próxima Navidad en Zecchino D’Oro, el popular concurso de villancicos de la Rai. A pesar de su edad provecta, Topo Gigio está tan joven como siempre.
«Hasta mañana, si Dios quiere, que descansen bien, llegó la hora de acostarse y soñar también, porque mañana será otro día, hay que vivirlo con alegría», decía el ratoncito con una canción.
Su última aparición en la televisión tuvo lugar en 2018 cuando una marca chilena de muebles y decoración para el hogar lo mostró en una publicidad caminando por su local probando distintas camas. «Llevo tantos años caminando, necesito una camita», aseguraba el querido ratón.