Hay gente escrupulosa, que le gusta la limpieza, y prefiere mantener los virus y bacterias a raya -o por lo menos creer que lo hacen- usando frecuentemente desinfectante para limpiar superficies, el teléfono, la computadora y hasta los audífonos.
Están quienes piensan que estas personas son exageradas o paranoicas, pero es que no saben que en objetos tan comunes como los audífonos puede acumularse no solo cera de los oídos, lo cual es de lo más natural, sino también sudor, piel muerta y microorganismos que podrían ser un riesgo para la salud de tus oídos.
El asunto es que, por una parte, la cera que producen nuestros oídos, sirve para protegernos de infecciones, y en ella existen bacterias que viven en armonía en nuestro organismo, hasta que se alteren por algo como que entren microbios extraños.
Por otra parte, estos artefactos, prácticamente esenciales en la vida de muchos, son de uso tan común, tan cotidianos, que no siempre tenemos en cuenta que están demasiado expuestos a la suciedad de nuestro entorno.
Detengámonos a pensar: están dentro de nuestros oídos haciéndonos la rutina en el gimnasio más sencilla, y luego los guardamos en un bolso, los enrollamos en el teléfono, los dejamos en algún mueble o en la mesa junto a la computadora.
Al estar en contacto con la cera de los oídos y el sudor, se hacen pegajosos y si esta capa se acumula se convierten en el espacio perfecto para atraer y bacterias que, de nuevo, vuelven a nuestros oídos.
De hecho un estudio demostró que en los audífonos de los aviones, después de una hora de uso, aumenta el número de microorganismos como pseudomonas, estafilococos y estreptocos normales en la flora microbiana del oído, pero que son patógenos potenciales, lo que quiere decir que, según el libro Microbiología Médica, podrían causar una enfermedad en caso de crecer considerablemente.
Asimismo, otro estudio arrojó que los audífonos contribuyen al desarrollo de bacterias en los oídos, e incluso intercambiarlos o prestarlos puede incrementar el problema. «…La transferencia bacteriana aumenta con el uso frecuente y continuo y la posibilidad de que se transfiera es alta, mientras las personas tienden a compartir auriculares mientras escuchan música. Esto también puede aumentar la posibilidad de otitis externa, especialmente si hay alguna abrasión en el oído externo». ¡Espeluznante!
Sin embargo, en el mismo estudio se destaca que la limpieza puede evitar la transmisión de la flora de colonización, y recomienda evitar prestarlos o intercambiarlos, y en caso de hacerlo, limpiarlos antes y después. De manera que podríamos concluir que tomar un poco de alcohol y pasarlo sería suficiente, pero lo mejor es revisar qué hacen los expertos para no dañar el accesorio y mucho menos empeorar la suciedad agregando líquidos que no podremos retirar adecuadamente.
Cuidar para que duren
Tal como nos ha dicho nuestra madre en relación a casi cualquier cosa, cuidar y limpiar permitirá que nos dure más, lo cual es de tomar en cuenta dado que no siempre el precio de los accesorios y equipos electrónicos es bajo, menos cuando aprecias calidad de sonido y funcionalidad.
Al establecer la frecuencia en la que los limpiamos es conveniente tener en cuenta el uso que les damos. Si los usamos para hacer ejercicios o solo para estudiar, por ejemplo. Obviamente el sudor nos obligará a hacerlo más frecuentemente.
La especialista en limpieza, Liz Amaya, recomienda en TikTok hacerlo una vez a la semana, con una solución de alcohol, hisopos, un palito de naranjo y un paño limpio, preferiblemente de microfibra.
Para proceder, se rocía el hisopo con alcohol y se pasa por todo el accesorio e incluso su empaque. Con el palito se limpia de forma muy delicada el interior, procurando no despegar la pequeña almohadilla, y se seca muy bien con el paño de microfibra.
Cuando los audífonos son externos y tienen orejeras de tela o de semicuero, también ameritan cuidados. El sitio web especializado en tecnología Hard Zone, recomienda retirar las almohadillas u orejeras antes de proceder a limpiar el equipo. Si no se pueden quitar, no importa, se limpian a la misma vez.
La recomendación es hacerlo con una solución jabonosa y un paño limpio. Es muy importante exprimir muy bien el paño para que no entre demasiado líquido en contacto con el equipo.
Las orejeras también se pueden limpiar con el paño húmedo. Y se deben secar inmediatamente con papel secante. En el portal advierten evitar a toda costa el uso del secador.
Además, recomienda pasar suavemente por las orejeras o almohadillas un paño humedecido con solución de agua con alcohol y hacer énfasis en las partes rugosas y difíciles con hisopos.
Se dejan secar con el aire del ambiente. Si las orejeras son de semicuero o piel sintética, la recomendación es limpiarlas solo con el agua jabonosa. Se debe dejar secar muy bien.
El mismo método lo recomienda Apple en su sitio web, y solo difiere en que no recomienda el uso de humedad en las almohadillas ni en la malla que los recubre. Tampoco se aconseja el uso de sustancias abrasivas, ni aerosoles, ni disolventes.
Es importante también que cualquier tipo de audífono esté desconectado cuando estés en el proceso de limpieza y secado y, sobre todo, que más que cuidarlos, cuides tus oídos y tu salud.