El emblemático actor Carlos Villagrán, de 81 años, conocido por haber interpretado al icónico “Kiko” (antes “Quico”) en El Chavo del 8, ofreció este 10 de junio sus primeras declaraciones sobre la bioserie Chespirito: Sin querer queriendo, producción original de Max que aborda la vida y carrera de Roberto Gómez Bolaños.
Aunque aún no ha visto ningún episodio, Villagrán aseguró que seguiría con atención la serie y expresó su apoyo, deseando de corazón que tenga éxito: “Deseo de todo corazón que les vaya muy bien. Tiene que haber series, como hubo la de Luis Miguel, y les deseo lo mejor”
Sin embargo, advirtió que es probable que surjan imprecisiones: “Yo sé que se van a decir muchas mentiras, no sé cuáles… Si dicen alguna mentira, la culpa la tienen ellos, no yo”.
Villagrán resaltó que su respeto por Roberto Gómez Bolaños —fallecido en 2014— es absoluto, y que esto limita su postura: “No puedo decir nada porque, primero, respeto a Roberto Gómez Bolaños que ya murió y no puede defenderse”.
En cuanto a la posibilidad de emprender acciones legales, Villagrán fue categórico al rechazarlo: “No me gusta a mí eso. Prefiero ser feliz que andar en la oficina”.
Insistió en que no forma parte de su carácter involucrarse en disputas judiciales.
Asimismo, reveló que no fue invitado a participar en la producción: “No me convocaron para la serie. Si me hubieran invitado, lo hubiera pensado”.
De haber sido incluido, hubiera evaluado la propuesta, pero demuestra que se quedó al margen del proceso creativo.
La relación actual con sus excolegas.
Otro punto abordado en el encuentro con la prensa fue su relación actual con los demás integrantes del elenco de El Chavo del 8. Villagrán expresó que no mantiene comunicación regular con María Antonieta de las Nieves (La Chilindrina), Florinda Meza (Doña Florinda) ni Édgar Vivar (Ñoño y Señor Barriga): “No hay mucha relación, ya no me junto con esa chusma… No hay relación ni para bien ni para mal”.
Explicó que la distancia geográfica contribuye a esto: “A veces yo estoy en Houston, La Chilindrina en Brasil, Ñoño en Guatemala” .
Actualmente, reside en Houston, mientras sus excompañeros viven en diferentes países, lo que ha acentuado el distanciamiento.
Orígenes del conflicto con Chespirito
El rencor entre Villagrán y Bolaños tiene su raíz en disputas creativas y legales. Villagrán abandonó el proyecto original en 1978 al pretender continuar usando el personaje fuera del programa, pero Gómez Bolaños se opuso alegando derechos de autor del personaje “Quico”.
Esto desencadenó una confrontación legal que impidió a Villagrán usar el nombre en México, obligándolo a modificarlo primero a “Kiko” y luego a crear series independientes en otros países como Venezuela y Argentina.
En 1981, Villagrán llevó adelante proyectos como Niño de Papel y Las nuevas aventuras de Federrico en Venezuela, donde empleó una versión similar al personaje original.
El pleito fue tan intenso que se consideró un quiebre profesional con Bolaños. Aunque en abril de 2000 se hizo un encuentro público conmemorativo, conocemos que fue más simbólico que una reconciliación genuina.
Su papel en la serie y visión del público
Villagrán mantiene la confianza de que el público sabrá distinguir la ficción de la realidad: “Confío en el criterio del público para discernir la verdad”.
Además, destacó que su legado está intacto: “Mi trabajo ahí está, mi trabajo lo hice como Kiko/Quico”.
También fue respetuoso con el actor Juan Lecanda, quien interpreta su personaje: “Hay que respetarlo y que él haga la parte que tiene que hacer”.
Carlos Villagrán tiene actualmente 81 años. Su larga trayectoria se remonta a finales de los años setenta, durante su colaboración con Roberto Gómez Bolaños, que incluyó roles en El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado.
Su salida del elenco en 1978 marcó el inicio de un nuevo rumbo profesional, impulsado por la disputa por los derechos del personaje.
Carlos Villagrán abordó la serie Chespirito: Sin querer queriendo con una mezcla de optimismo y cautela. Aun sin haberla visto, desea que sea un éxito, reconoce la posibilidad de que existan distorsiones, pero asegura que no emprenderá acciones legales y mostrará apertura al diálogo si fuese invitado.
A su edad, prefiere mantener la paz y disfrutar del reconocimiento de su trabajo, confiado en que la audiencia sabrá apreciar la verdad tras la ficción.
De igual modo, cerró capítulo a los conflictos con sus antiguos colegas, debido principalmente a la distancia y a lo sucedido en años anteriores.
Hoy, su legado permanece vivo a través de su personaje, y esta bioserie será otra oportunidad para que nuevas generaciones (re)descubran su aportación al universo de Chespirito.