Amanda Seyfried, la inolvidable actriz de Chicas Pesadas y Mamma Mia!, decidió cambiar los reflectores de Hollywood por la tranquilidad de una granja en Stone Ridge, Nueva York.
Una decisión que, aunque puede sonar radical, ha resultado ser su boleto a la paz y la privacidad. ¿Por qué? Porque Amanda no solo se reinventó como actriz, sino como una mujer que equilibra el glamour con el lodo bajo sus botas.
En 2013, mucho antes de que la maternidad tocara su puerta, Amanda tomó un giro inesperado. Con su esposo, Thomas Sadoski, y ahora sus hijos, Nina y Thomas, ha construido un refugio lejos del bullicio de la gran ciudad.
“Quiero que mis hijos crezcan rodeados de tranquilidad y que asistan a escuelas locales de calidad. Aquí he encontrado eso y mucho más”, confesó la actriz en una entrevista para Vogue.
Hollywood sigue tocando la puerta
Aunque vive entre gallinas y cabras, Amanda no ha abandonado del todo el mundo del espectáculo. En 2022, recibió un Emmy por su impresionante interpretación de Elizabeth Holmes en The Dropout, y en 2020, su papel en Mank le valió una nominación al Oscar.
Todo esto sin renunciar a su estilo de vida rural, una prueba viviente de que se puede ser una estrella y mantener los pies, literalmente, en la tierra.
¿Y qué hay de Mamma Mia!? Amanda no descarta volver a ponerse en la piel de Sophie. De hecho, en octubre, avivó las esperanzas de los fans al decir con entusiasmo: “¡Mamma Mia 3, vamos, bebé!”.
Una granja de ensueño
El día a día de Amanda está lleno de actividades sencillas pero enriquecedoras. Su hogar no solo es compartido por su familia, sino también por un perro pastor australiano llamado Finn, cabras, un cerdo, gatos, y hasta un jardín que ella misma cuida.
“Mis mascotas son mi ancla”, aseguró en una entrevista reciente. Finn, su fiel compañero durante sus años en Hollywood, sigue siendo su confidente de cuatro patas.
“Es mucho más divertido caminar por una alfombra roja sabiendo que al día siguiente estaré en casa, feliz, alimentando a mis animales”, dijo a Forbes. ¡Y qué contraste! Una noche en Prada y, al amanecer, botas llenas de barro.
Belleza, moda y compromiso
A pesar de su vida tranquila, Amanda no ha perdido su toque glamoroso. Este año, deslumbró en el Met Gala con un vestido plateado de Prada hecho con materiales reciclados.
Pero su enfoque en la moda no es casual; desde 2019, ha sido embajadora de marcas como Lancôme y Givenchy.
En sus redes sociales, donde tiene más de 6 millones de seguidores, Amanda comparte destellos de su vida, especialmente de sus adorables animales, manteniendo a sus hijos lejos del ojo público.
“Quiero que aprendan el valor de cuidar a otros seres vivos, incluso siendo tan jóvenes”, comentó.
Un refugio para la mente y el alma
Amanda también ha sido abierta sobre sus luchas personales con la ansiedad y el trastorno obsesivo-compulsivo. En una entrevista con Vogue, admitió que los eventos públicos pueden ser agotadores.
“La alfombra roja es ruidosa y antinatural, pero al final del día, encontrarme en casa, rodeada de naturaleza, es lo que me da equilibrio”, reflexionó.
El balance perfecto
Amanda Seyfried ha logrado lo que muchos buscan: éxito profesional y tranquilidad personal. Su vida en la granja no solo refleja su deseo de privacidad, sino también una filosofía de vida que inspira a muchos.
Porque, al final, para Amanda, no hay nada más glamoroso que encontrar felicidad entre los destellos de Hollywood y la calma del campo.
