jueves, noviembre 7, 2024

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¿Sabías que Jennifer Grey y Patrick Swayze no se soportaban en el rodaje de ‘Dirty Dancing’?

Han pasado ya 35 años de su estreno, pero Dirty Dancing sigue siendo una de las joyas del género de la comedia romántica adolescente, y eso que nadie daba ni un duro por ella. A pesar del estatus de obra de culto del que goza hoy en día, Dirty Dancing es uno de esos muchos casos que estuvieron a punto de no ser.

Estrenada a finales de la década de los 80, sus productoras, Linda Gottlieb y Eleanor Bergstein, que también escribió el guión, tuvieron que pasar por más de 40 estudios hasta que finalmente consiguieron que la empresa de vídeo Vestron Pictures accediese a producir la película. Y eso sí: con un raquítico presupuesto de tan solo cinco millones de dólares. Ni un céntimo más.

El resto, como todos sabemos, es historia. Dirigida por Emile Ardolino, la película se convirtió en el estreno independiente más taquillero hasta aquel momento y en uno de los grandes éxitos comerciales de la década de los 80.

Su recaudación superó los 200 millones de dólares, su banda sonora, que aún hoy seguimos cantando, vendió más de 32 millones de copias y pasó cinco meses en el Número 1 de los Estados Unidos, y su cinta VHS superó el millón de copias vendidas, un hito que hasta entonces nunca se había logrado.

Detrás de este apabullante éxito se encuentran Patrick Swayze y Jennifer Grey, los dos actores que interpretaron a Johnny Castle y Baby Houseman y que dieron forma a esa historia de amor entre una chica de alta clase y su profesor de baile.

La enorme química que Swayze y Grey desprendían en la gran pantalla conquistó a millones de aficionados en todo el mundo y convirtió a sus dos personajes en una de las parejas más icónicas del séptimo arte, pero ¿sabías que Swayze y Grey, en realidad, no se podían ni ver?

Las fuertes chispas que Grey y Swayze desprendían en la gran pantalla tenían fuera de ella un cariz muy distinto. Y es que lejos de la pasión que desprendían en la cinta, fuera de ella ambos intérpretes no podían ni verse.

Esta animadversión venía de lejos. Antes de protagonizar Dirty Dancing, Jennifer Grey y Patrick Swayze ya habían coincidido en la grabación de ‘Amanecer rojo’, la película bélica de John Milius en la que, al igual que en la famosa comedia romántica, también ocuparon los papeles protagonistas.

Según relató Swayze en su libro de memorias, ‘The Time Of My Life’, publicado en 2009, durante este primer rodaje la relación entre ambos fue tensa, y la cosa no cambió de cara a Dirty Dancing. De hecho, cuando se enteró de que Swayze sería su compañero en la película, Grey intentó convencer a las productoras de que lo cambiasen, porque no quería trabajar con él.

“Jennifer no quería a Patrick. Nos suplicó que, por favor, cualquiera menos él. No se llevaban bien”, confesó Eleanor Bergstein, la guionista y coproductora de la película.

Durante el rodaje del clásico de culto, la relación entre Swayze y Grey siguió complicándose. El actor no soportaba la personalidad cambiante y los continuos fallos de la actriz, que no paraba de cometer errores que obligaban a repetir las tomas una y otra y otra vez.

La escena de las cosquillas, una de las más icónicas de la película, tuvieron que grabarla una veintena de veces porque Grey no era capaz de contener la risa, algo que sacó de quicio a su compañero de reparto. Y cuanto más se enfadaba Swayze, menos ganas tenía Grey de trabajar con él.

Para limar las asperezas, Ardolino, el director, los reunió y les hizo ver su prueba de pantalla para que comprobasen por sí mismos la enorme química que desprendían. Este gesto, por suerte, logró calmar las tempestades, y con el paso del tiempo ambos pudieron limar asperezas y mejorar su relación.

En la pantalla, eso sí, no hay ni rastro de este enemistad: la pasión lo ocupa todo.

Dirty Dancing, curiosidades de la película que marcó a una generación

Escrita por Eleanor Bergstein y dirigida por Emile Ardolino, conoce ahora las curiosidades de Dirty Dancing y su complicado camino a las salas de cine.

El 21 de agosto de 1987 llegó a la Gran Pantalla estadounidense una película musical que consiguió triunfar contra todo pronóstico, porque desde luego que fácil no se lo pusieron. ¿El título? No podía ser otro que Dirty Dancing. El largometraje estaba ambientado en 1963 y contaba la historia de dos hermanas que veraneaban en Catskills con sus padres.

Una trama tan sencilla que cerraba más puertas de las que abría. Producir Dirty Dancing no fue un camino de rosas, más bien todo lo contrario, ya partiendo del presupuesto con el que contaron para su producción: 4 millones y medio de dólares. Una cifra realmente baja incluso para esa época, pero pese a esto y mucho más batió records en taquilla, incluso ganó un Oscar.

Así que como si uno de esos bailes se tratase, aquellos que se bailaban en los sótanos de los Hoteles lejos de miradas indiscretas, a lo largo de estas líneas vamos a descubrir las curiosidades de Dirty Dancing. Desde el nacimiento de la idea que dio a luz a la película, hasta los distintos obstáculos con los que se topó en su camino.

  1. La vida de Eleanor Bergstein

La guionista que ideó la trama de Dirty Dancing fue Eleanor Bergstein, quien basó bastantes aspectos de la película en su propia vida. Ya para empezar debéis saber que la llamaron Baby hasta que cumplió los 20 años, y seguimos: viajó con sus padres a veranear a Catskills, su padre era médico y por las noches bajaba a los sótanos a bailar sucio. Y sobre esto último queridos lectores, sabed que la propia Eleanor afirmó que se le daba realmente bien lo del Dirty Dancing.

  1. Titulada Dirty Dancing

El título original de la película surgió de una comida entre Eleanor Bergstein y la productora Linda Gottlied. En dicha comida Eleanor le presentó la película como una historia dos hermanas en Catskills ambientada en los 60. Esta forma de comenzar a presentar la idea no le gustó a Lina, que decidió desviar el tema y preguntarle a Eleanor por su vida, ya que pese a que se conocían no sabían mucho la una de la otra.

Entonces Eleanor le explico lo de Baby, el viaje a Catskills, que su padre era médico y que en los sótanos hacían Dirty Dancing. Al decir esta palabra, fue cuando Gottlied reaccionó diciéndole que el título Dirty Dancing valía 1 millón de dólares. Y así fue cómo surgió el título de la película.

  1. Nadie apostaba por la película

Linda Gottlied le enseñó el guion de la película a Frank Yablans, Presidente de la MGM por aquel entonces. Yablans no dudo y le dio el visto bueno al proyecto, pero lo despidieron al día siguiente.

Gottlied rescató los derechos al ser la productora encargada del acuerdo, pero tenía un año para rodarla, ya que sino los derechos volverían a la MGM. Así pues llevó el guion a diferentes Estudios Cinematográficos, quienes no compraron el guion.

En total fueron 42 quienes rechazaron la idea. Por lo que acudieron al gigante distribuidor de video, Vestron, que había empezado a producir películas hacía nada. Mitchell Cannold, productor contratado por Vestron y quien había pasado parte de su infancia en Catskills, leyó el guion y le encantó.

  1. Un cineasta experto en documentales

Tras obtener luz verde para producir la película, necesitaban a un director que le diera forma y vida a Dirty Dancing. Por ello contrataron a Emile Ardolino, quien había ganado el Oscar al Mejor Largometraje Documental, pero hasta entonces no había dirigido ninguna película. El punto fuerte de Ardolino era que se trataba de un experto en baile, por lo que la cosa no tenía por qué ir nada mal.

  1. La clave está en la música

La música fue otro de los problemas con los que se toparon. Eleanor Bergstein había escogido una banda sonora en particular, y no se imaginaba ni los diálogos ni la película sin ellos. Es más, la guionista preparó una cinta de cassette a la que llamo Dirty Dancing E.B. en la que describía que música llevaba cada escena.

En ese listado había canciones como “Do you love me” – The Contours, “Love man” – Otis Redding o “Big girls don’t cry” – The Four Seasons entre otras. Pero claro, necesitaban los derechos de las canciones y no son nada baratos. Además de que también necesitaban canciones nuevas.

Comenzaron la filmación sin tener ni una sola canción. Preparaban las coreografías con canciones que no iban a salir en la película, para que os hagáis una idea del panorama que tenían. Era tal la situación que incluso decidieron poner una pista de metrónomo para los ensayos y la grabación.

Entonces contrataron a Jimmy Lenner, que fue su auténtica salvación, para que se encargara de la BSO, y fue él quien le consiguió a Eleanor todas las canciones que quería para la película. Además Patrick Swayze les cedió una canción que él mismo había compuesto: She’s like the wind”.

  1. Las localizaciones de Dirty Dancing

Según el guion, la historia transcurría en Catskills, un hotel que precisamente barato no era. Además la trama transcurría en pleno verano, por lo que con el presupuesto que contaban no se podían permitir alquilar el Hotel más de 14 días.

Por lo que decidieron trasladar el rodaje hasta el refugio de montaña Mountain Lake Lodge, en Virginia. También filmaron en un campamento para niños en Carolina del Norte, que era donde se hospedaba el personal del hotel en la película, y un pabellón en el que filmarían las escenas de baile.

  1. La Baby adecuada

A la hora de fichar a la actriz que iba a interpretar a Baby era muy importante su apariencia. La guionista Eleanor Bergstein quería a una chica flaca, con el pelo rizado y largo, ya que esa era su imagen de juventud y quería que el personaje se pareciese a ella.

Por ello fueron consideradas para el papel Winona Ryder y Sarah Jessica Parker, pero para Linda y Eleanor el papel sólo podía ser para Jennifer Grey. Sabían que ella era su Baby desde el momento que la vieron entrar por la puerta. Aunque lo cierto es que a Vestron Pictures no le gustó la elección.

  1. Hablemos de Johnny Castle

El actor que interpretase el papel de Johnny Castle tenía que saber bailar, era un requisito fundamental que no iban a pasar por alto. Lo curioso es que Eleanor Bergstein cuando escogió a Patrick Swayze fue por sus ojos, quería a un actor con los ojos entrecerrados y él los tenía.

Pero en su currículum ponía que no bailaba. Por esta razón estuvieron a punto de descartarlo, pero fue entonces cuando el cineasta Emile Ardolino habló por él y les confirmó a Linda y a Eleanor que Swayze venía del mundo de la danza. De hecho todavía bailaba muchísimo mejor de lo que pudimos apreciar en Dirty Dancing.

  1. La rodilla izquierda de Swayze

El actor Patrick Swayze cuando cursaba el instituto ganó mucha reputación gracias al fútbol, pero fue precisamente este deporte y esta etapa de su vida la que le destrozó la rodilla izquierda.

Por este motivo Patrick había puesto en el curriculum que no bailaba. Esta lesión le acompañaba ya de por vida junto con un intenso dolor, por lo que sólo quería centrarse en la interpretación.

  1. La mala relación entre Jennifer y Patrick

Resulta que Jennifer Grey no tenía muy buena química con Patrick, pese a que en escena nadie lo diría. La actriz quería trabajar con cualquiera en Dirty Dancing menos con Patrick, no se llevaban nada bien.

Habían tenido una mala experiencia durante la filmación de Amanecer Rojo. Pero para sacar adelante la película, Patrick fue a hablar con ella para dejar a un lado sus diferencias y poder trabajar juntos.

  1. Clases sociales en estilos de baile

En este largometraje si se caracteriza por algo es por el fuerte discurso social, vemos una crítica a la división de las clases sociales. Es por ello que Eleanor dividió las clases sociales mediante los estilos de baile. Por tanto el baile sucio o Dirty Dancing representaba a la clase baja, mientras que la clase alta bailaba el foxtrot en familia.

  1. La escena sobre el tronco

La escena en la que vemos a Patrick y Jennifer bailando sobre el tronco de un árbol fue muy peligrosa de filmar, ya que debajo había 3 metros de caída y con un arroyo rocoso en el fondo.

Por su parte Jennifer no estaba nada convencida de andar sobre el tronco, por el contrario Patrick no lo veía así. Al final pasó lo que tenía que pasar, Patrick se cayó del tronco, la lesión de su rodilla empeoró y la filmación tuvo que posponerse.

  1. “No permitiré que nadie te arrincone”

“No permitiré que nadie te arrincone” sin duda una de las frases más icónicas del cine, aunque según buena parte del equipo de producción aquella frase era una chorrada que no tenía sentido alguno en ese momento.

De hecho a la propia Eleanor tampoco le parecía una buena frase, no le convencía mucho y eso que la escribió ella. Pero la cosa no acaba aquí, ya que al propio Patrick Swayze le parecía una auténtica estupidez. Aunque años más tarde reconoció que estaba equivocado.

  1. El salto del escenario

En una de las escenas del final, concretamente en la que Patrick salta del escenario y da los tres giros, el actor se destrozó la rodilla. Aquel salto tuvo que repetirlo hasta en 14 ocasiones aproximadamente. Y de hecho el último salto, el definitivo porque Patrick ya no podía más con el dolor, fue el que aparece en la película.

  1. La omisión del aborto

Esto hay que contextualizarlo bien. Vestron Pictures antes de iniciar la comercialización en VHS de Dirty Dancing realizó una proyección para unas 1.000 personas. De esta forma quería comprobar si realmente era un éxito o un auténtico fracaso. ¿Cuál fue el resultado? La gente enloqueció ¡Éxito rotundo! Viendo esto decidieron apostar por la película y promocionarla en todo el mundo.

Una vez consiguieron la calificación PG-13, tuvieron como patrocinador nacional a la marca de crema para el acné Clearasil. Y es aquí cuando viene el tema del aborto, que era ilegal, entonces la marca pidió que eliminasen esa parte del metraje para seguir ellos patrocinando la película. Pero claro, sin aborto nada en la película tendría sentido, no habría una motivación para que Baby aprendiese a bailar. Por lo que decidieron seguir adelante con aborto incluido.

  1. Ya no hay lago

La escena en la que vemos a Patrick y Jennifer ensayando el salto final en el lago, dentro del agua, se filmó en el lago de Lake Lure. Lamentablemente en 2008 el lago estaba completamente seco, o al menos eso es lo que pensábamos.

Sorprendentemente los turistas que visitaron el lugar el pasado verano de 2020 fotografiaron el lago repleto de agua otra vez. Parece ser que, según estudios científicos, este lago tiene un ciclo único en el que se seca por completo cada 400 años, se seca para limpiarse de sedimentos y poder volver a llenarse más profundo y limpio.

  1. El cameo de Eleanor

La madre de la criatura también aparece en escena en la película, y desde luego que Eleanor Bergstein supo elegir muy bien su cameo. Podremos verla justo cuando Baby va a buscar a Johnny tras ver a Penny llorando en la cocina. Veremos entonces a Eleanor con un vestido blanco bailando el vals con Johnny.

  1. La escena no estaba prevista

Cuando los ensayos o momentos de relax son dignos de formar parte del metraje, hay que meterlos. Un buen ejemplo de esto es la escena en la que Johnny y Baby practican su baile y se arrastran el uno hacia el otro por el suelo gateando.

Pues esta parte no formaba parte del guion, simplemente estaban calentando un poco antes de filmar la escena de verdad. Pero este momento le gustó tanto a Ardolino que decidió incluirlo en el montaje.

  1. Las cosquillas de Grey

La prueba de que Patrick y Jennifer no se llevaban bien la hemos tenido delante de nuestros ojos. Cuando Patrick le pasa los dedos a Jennifer subiendo desde el costado hasta poco más arriba de la axila, son auténticas tomas falsas en las que Patrick estaba perdiendo la paciencia.

Ella estaba cansada, y la escena tenía que ser tan tierna y emotiva que ella no podía parar de reírse, algo que impacientaba y molestaba a Patrick. El resultado fue tan potente, que decidieron incluirlo en la película.

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