sábado, noviembre 23, 2024

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¿Cuántos satélites orbitan la Tierra y qué problemas pueden causar?

Desde que en 1957, la Unión Soviética pusiera en órbita el primer satélite Sputnik han pasado más de 63 años, periodo en el que el ser humano ha conquistado el espacio que está más allá de la atmósfera con el lanzamiento de miles de satélites artificiales.

Muchos de ellos ya han finalizado su vida útil y pululan alrededor del planeta como basura espacial, mientras que otros están llevando a cabo labores de todo tipo, especialmente relacionadas con las comunicaciones. En este punto, cabe preguntarse cuántos hay en órbita en la actualidad y si su elevado número puede crear algún problema.

¿Cuántos satélites artificiales hay?

De acuerdo con la Union of Concerned Scientists (UCS), entidad que se encarga del conteo oficial, el pasado 1 de abril de 2020 había 2.666 satélites en el espacio. De ellos, un total de 1.918 se encontraban en la órbita terrestre baja, mientras que el resto se situaban a una mayor distancia.

Sin embargo, estos cuerpos celestes no son los únicos que dan vueltas alrededor del globo terráqueo, sino que hay muchos otros objetos que los acompañan en tan constante rotación. Y es que según la ESA, podría haber hasta 29.000 que tienen un tamaño mayor de 10 centímetros, 750.000 que exceden un centímetro de tamaño y unos 166 millones mayores que un milímetro.

¿De dónde son los satélites?

En cuanto a la procedencia de los que están en funcionamiento en la actualidad, de los 2.666, más o menos la mitad (1.327) proceden de Estados Unidos. Por su parte, China cuenta con 363, Rusia con 169 y los otros 807 se reparten entre los demás países.

Asimismo, los satélites estadounidenses se dividen en 192 militares, 179 dependientes del gobierno, 30 civiles y 935 dedicados a funciones comerciales.

Starlink

Entre estos últimos destacan los 700 que tiene el servicio de Internet satelital ideado por Elon Musk (la actual persona más rica del mundo). Denominado Starlink, se trata de un proyecto que busca ofrecer no solo mayores velocidades de conexión, sino que la «red de redes» llegue a todos los rincones del planeta.

Por el momento, SpaceX, empresa propietaria de los satélites Starlink, asegura que han superado los 100 Mbps de velocidad gracias a esos 700 satélites, aunque no pararán ahí, puesto que el proyecto inicial pasaba por contar con 12.000.

Los astrónomos se quejan

Ante el creciente número de elementos que hay orbitando la Tierra, han sido muchos los investigadores y astrónomos que han expresado las dificultades que conlleva su labor con tantos objetos viajando por el espacio.

De hecho, consideran que los satélites brillantes que se encuentran más cercanos provocarán cambios en la observación astronómica en la región espectral del infrarrojo cercano. La principal razón es que la observación nocturna contará con un mayor número de elementos artificiales iluminados por el Sol, lo que complicará saber lo que se está viendo y, por lo tanto, limitará los descubrimientos científicos.

No solo Starlink

No obstante, el problema no solo se halla en los satélites que operan más cerca, sino que según Mario Pérez, jefe de tecnología en astrofísica de la NASA, la constelación OneWeb de satélites (cuya misión también será ofrecer servicios de banda ancha en todo el mundo) resultará incluso más problemática puesto que orbitarán a unos 1.200 kilómetros.

A esa distancia, van a estar más expuestos a la luz solar y no permanecerán en la umbría de la Tierra durante mucho tiempo, con lo que entorpecerán la observación nocturna.

Basura espacial

Cabe señalar que muchos de los satélites que se han puesto en órbita en las últimas décadas ya no están en uso, de manera que se han convertido en basura espacial. En este sentido, el problema no solo se encuentra en las investigaciones de los astrónomos, sino que existe un riesgo de colisión entre elementos celestes (ya se han producido algunas).

No en vano, existe incluso un escenario en el que las colisiones serán cada vez más frecuentes, lo que provocará que cada vez haya pedazos más pequeños y, por lo tanto, un mayor número de colisiones.

Síndrome de Kessler

El nombre que recibe esta cascada de choques es Síndrome de Kessler, llamado así por el nombre del consultor de la NASA que lo enunció: Donald J. Kessler.

Y como muestra de que se trata de un peligro real, cabe recordar que los tripulantes de la Estación Espacial Internacional tuvieron que llevar a cabo una evacuación de emergencia porque el riesgo de colisionar con desperdicios. Finalmente, hubo suerte y pasaron a 250 metros de distancia, pero es una situación que puede repetirse cada vez con mayor frecuencia.

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