Halloween es una noche que, si bien todos asociamos con calabazas, dulces y disfraces de terror, encierra secretos, costumbres y curiosidades que han pasado de generación en generación.
¿Sabías que, aunque la hemos adoptado como una fiesta estadounidense, sus raíces se hunden en la antigua cultura celta? ¡Así es! La festividad de Halloween comenzó con el Samhain, una celebración que para los celtas representaba el fin de la cosecha y el inicio de un nuevo ciclo.
En aquellas noches, los celtas encendían hogueras para purificar el espíritu y ahuyentar a las almas errantes. Y así, gracias a los inmigrantes irlandeses, esta tradición se trasladó a tierras americanas para transformarse en la noche que hoy conocemos y amamos.
El nombre “Halloween” viene del inglés antiguo “All Hollow’s Eve,” o “víspera de Todos los Santos.”
Con el tiempo, esta festividad ha evolucionado en todo el mundo, trayendo consigo costumbres tan asombrosas como únicas.
En Estados Unidos, por ejemplo, Halloween se ha convertido en la segunda celebración más lucrativa después de Navidad, ¡y no es para menos! Cada año, los consumidores gastan millones en disfraces, decoraciones y, por supuesto, toneladas de dulces.
Además, existe una fobia llamada Samhainophobia, un terror irracional a esta noche embrujada que mantiene a algunos al borde de un ataque de nervios.
Halloween es una fiesta llena de extravagancias y también de leyes inesperadas. En Belleville, Illinois, si eres mayor de 12 años, está prohibido pedir dulces. Y si te atreves a romper la norma, podrías enfrentar multas de hasta 1,000 dólares.
En Alabama, disfrazarse de cura es una ofensa contra la ley. Y en algunas ciudades, hasta se ha prohibido la adopción de gatos negros en estas fechas por temor a que puedan ser usados en rituales.
No cabe duda de que Halloween es una fiesta global. En Irlanda, el país donde todo comenzó, el Barm Brack es el dulce típico de estas fechas. Se trata de un bizcocho que guarda un anillo y una moneda en su interior.
La leyenda dice que si encuentras el anillo, te casarás antes de que termine el año; y si encuentras el penique, te espera fortuna.
En Austria, se dejan pan, agua y una lámpara encendida antes de ir a dormir, para que las almas que visitan la tierra esa noche se sientan bienvenidas.
En México, Halloween coexiste con el tradicional Día de Muertos, que rinde homenaje a los seres queridos que ya no están con nosotros. Aquí, es común ver las famosas “catrinas,” una imagen de la muerte que, a diferencia de Halloween, no busca asustar, sino recordar con cariño a quienes partieron.
En Japón, Halloween adopta un toque adulto, con celebraciones en bares y clubes, donde los disfraces son cada vez más creativos y provocativos.
Pero en Alemania, la noche toma un giro más misterioso: muchos alemanes guardan sus cuchillos esa noche para evitar cualquier daño a los espíritus que visitan.
Finalmente, en Madagascar, aunque no celebran Halloween como tal, en fechas cercanas llevan a cabo un rito fascinante: abren las tumbas de sus antepasados y los visten con ropa limpia, honrando la memoria de sus seres queridos en un gesto cargado de respeto y amor.
Halloween, aunque ha evolucionado en cada rincón del planeta, sigue siendo una noche de misterio y magia.
Desde las hogueras celtas hasta las catrinas mexicanas, cada rincón del mundo le ha dado su toque especial a esta celebración, manteniendo vivas las antiguas tradiciones mientras abre espacio a nuevas.
Así que, si este año decides ponerte un disfraz, recuerda que estás siendo parte de una historia que ha atravesado continentes y siglos.